Cómo comprimir vídeos en tu móvil y ahorrar espacio de forma fácil

Última actualización: agosto 25, 2025
Autor: Pixelado
  • Comprimir reduce el tamaño pero puede afectar a la calidad; si necesitas máxima nitidez, es mejor enviar sin comprimir.
  • Las vías principales son: ajustar la cámara, dejar que las apps compriman al compartir y usar herramientas online o apps.
  • Apps como Panda y editores como CapCut dan control sobre resolución, fps y formato, con vista previa y comparativas.

compresión de vídeo en el móvil

Los vídeos son los reyes del almacenamiento en el móvil: en un abrir y cerrar de ojos, pueden ocupar cientos de megas o incluso más, llenando la memoria y complicando su envío por mensajería o redes sociales. Si te has topado con el aviso de espacio lleno o te cuesta compartir grabaciones pesadas, estás en el sitio adecuado.

En esta guía vas a encontrar todo lo necesario para reducir el tamaño de tus vídeos desde el móvil, con métodos sencillos y eficaces. También verás cuándo conviene comprimir y cuándo es mejor no hacerlo para conservar la máxima calidad, qué apps y servicios funcionan mejor, y cómo ajustar la cámara para grabar archivos más ligeros de inicio.

Cuándo comprimir (y cuándo es mejor no hacerlo)

Antes de lanzarte a comprimir a lo loco, conviene saber que comprimir vídeos largos suele afectar a la resolución y a la calidad. Al aplicar compresión, el archivo ocupa menos, pero a cambio puede aparecer pixelado, con textura granulada o menos definición en escenas complejas, especialmente si reduces la resolución de 4K/8K a niveles inferiores o si subes mucho la compresión.

Si no puedes sacrificar calidad porque necesitas mantener la nitidez original (por ejemplo, 4K u 8K), una alternativa práctica es no comprimir y optar por servicios de transferencia que admiten archivos grandes. Hay opciones que no imponen límite de tamaño y mantienen la calidad intacta, con envíos rápidos y seguros mediante cifrado de extremo a extremo, e incluso ofrecen previsualización de vídeo para que el destinatario compruebe qué va a descargar.

La compresión tiene mucho sentido cuando el archivo supera el límite de subida de una plataforma, cuando quieres liberar espacio en el móvil o necesitas enviar algo rápido con menos consumo de datos. En esos casos, ajustar la resolución, los fotogramas por segundo o usar apps de compresión es la ruta más directa.

Graba vídeos más ligeros desde la cámara

Lo más eficiente para ahorrar tiempo y potencia de procesamiento es grabar a menor calidad desde la cámara cuando no necesitas la máxima resolución. Comprimir después consume recursos y tarda más; si reduces la resolución de entrada, el archivo resultante ya pesará menos y no tendrás que duplicar esfuerzos.

En la mayoría de móviles Android puedes elegir resolución y fotogramas por segundo (fps) en los ajustes de la cámara. A menor resolución (por ejemplo, pasar de 4K a 1080p) y menor fps, más pequeño será el archivo. En algunos modelos también verás opciones de códec; en general, el ajuste predeterminado es equilibrado, aunque si tu móvil lo permite, elegir el códec que comprime mejor puede ayudarte a reducir tamaño sin cambiar tanto la resolución.

Ejemplo práctico en Samsung Galaxy: abre la cámara, cambia a Vídeo, toca en el botón que muestra el modo (por ejemplo, «FHD60») en la parte superior y selecciona una resolución inferior antes de grabar. En otros Android la ruta puede variar; a veces deberás entrar en Ajustes de cámara para definir resolución y fps.

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Deja que la app haga el trabajo al compartir

Si tu objetivo es enviar el vídeo por mensajería o subirlo a redes, muchas aplicaciones comprimen automáticamente el archivo que mandas. De este modo, conservas el original a máxima calidad en tu móvil y se reduce solo la copia que compartes.

WhatsApp, por ejemplo, muestra el tamaño del vídeo antes de enviarlo, lo cual te orienta sobre el peso final. Telegram va un paso más allá: te permite elegir el nivel de compresión con varios ajustes para priorizar calidad o tamaño, e incluso ajustar la resolución de forma manual con un control deslizante.

En redes como Facebook puedes escoger si subes en calidad estándar o HD desde la propia configuración. Este comportamiento depende de cada plataforma, pero la idea es la misma: la app rebaja la calidad de la copia compartida para facilitar la transmisión, mientras mantiene el fichero original sin cambios en tu dispositivo.

Herramientas online: comprime sin instalar nada

Si prefieres un método rápido sin instalar apps, las herramientas online son una gran opción cómo comprimir un vídeo con VLC. Un ejemplo popular es Clideo, con una interfaz fácil y pasos sencillos: entras en la web, eliges tu vídeo desde la galería del móvil (o desde Google Drive, Dropbox o mediante URL), esperas el proceso y descargas el resultado más ligero.

Apps específicas de compresión: control total desde el móvil

Cuando quieres controlar más parámetros, una app dedicada es lo más cómodo. Entre las opciones populares destaca Panda Video Compressor, que es gratis, funciona bien y no añade marca de agua. Para más opciones, consulta guía para reducir el peso de tus vídeos. El flujo típico es seleccionar uno o varios vídeos y elegir un nivel de compresión (por ejemplo, «archivo pequeño», «calidad media» o «para email»), además de poder definir una configuración personalizada si te hace falta.

Otra app con un manejo muy sencillo es «Compresor de vídeo«, disponible en Google Play. Su uso es directo: abras la app, navegas hasta la carpeta con el vídeo, lo seleccionas y pulsas «Comprimir vídeo». También puedes elegir «Comprimir+cortar vídeo» si te interesa recortar la duración para adelgazar más el archivo, y escoger entre «Alta calidad», «Baja calidad» o «Personalizado» antes de iniciar el proceso.

Editores completos y nube: CapCut y otras alternativas

Si además de comprimir quieres editar, hay soluciones completas como el editor de vídeo en línea de CapCut. Es una plataforma intuitiva con opciones de exportación rápida, ajustes de resolución, formatos y velocidad de fotogramas, lo que te permite comprimir a tu gusto sin enredarte.

Proceso básico en CapCut online: sube tu archivo (desde el móvil, Google Drive, Dropbox o el almacenamiento en la nube del propio servicio; también admite arrastrar y soltar o subir desde código QR), editas y ajustas lo necesario (recortar, dividir escenas, edición basada en transcripción, animaciones, audio, velocidad, etc.) y al final exportas y compartes directamente en redes como Facebook, Instagram, YouTube o TikTok, o descargas el archivo para guardarlo.

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CapCut online admite múltiples formatos (MPEG, MOV, AVI, WMV, FLV, entre otros) y su objetivo es ofrecer una compresión flexible manteniendo una alta calidad visual. Para un flujo 100% móvil, también dispones de la app de CapCut para Android (Android 5.0 o superior), con edición básica y avanzada, efectos y filtros, música y efectos de sonido, almacenamiento en la nube y opciones de colaboración.

Además de CapCut, hay otras apps de compresión y conversión que te pueden encajar según lo que busques:

  • Video Compressor – Video to MP4 (Android 4.4+): comprime archivos de cualquier tamaño, convierte formatos y permite cortes sencillos, con herramientas básicas de edición. Soporta WebM, MKV, WMV, AVI, ASF, FLV, MOV, entre otros.
  • Video Converter Compressor (Android 5.0+): destaca por su soporte de códecs de vídeo y audio, fusión de clips, conversión de audio y procesamiento por lotes. Soporta MP4, MKV, AVI, 3GP, FLV, MTS, etc.
  • Video Show (Android 5.0+): editor intuitivo con plantillas, herramientas avanzadas de edición, biblioteca musical y sin marca de agua en muchas exportaciones. Formatos habituales como MP4, 3GP, FLV, MOV.
  • Video Compressor (Android 6.0+): orientada a la compresión con procesos por lotes, opciones de conversión, resoluciones personalizadas y vista previa. Soporta prácticamente todo: MP4, MKV, AVI, MOV, 3GP, FLV, MTS, MPEG, MPG, WMV, M4V, VOB, etc.
  • Video Compressor & Video Cutter (Android 6.0+): combina compresión y corte, con resultados de alta calidad, aceleración de clips, compresión por lotes de imágenes y un enfoque de uso gratuito y sencillo. Especializada en MP4.

Compartir sin comprimir: cuando la calidad manda

Si para ti es irrenunciable mantener la calidad original porque has grabado en 4K/8K o porque el contenido lo requiere, una vía práctica es evitar la compresión y enviar el archivo tal cual. Hay servicios de transferencia diseñados para grandes volúmenes, con cifrado de extremo a extremo, previsualización de vídeo y sin límite de tamaño (si puedes subirlo, puedes transferirlo), lo que evita la necesidad de tocar resolución ni pasar por procesos complejos de compresión y descarga.

Este enfoque es especialmente útil cuando no quieres lidiar con múltiples pasos de edición, compresión y descarga como los que exigen algunos flujos de trabajo. Para quienes cuidan cada detalle de sus imágenes y quieren que el destinatario disfrute el contenido con todo lujo de detalles, es una alternativa redonda para conservar la obra tal y como la creaste.

Cuándo usar cada método: guía rápida

Úsalo online cuando necesites una solución exprés sin instalar apps. Te saca de apuros en un par de minutos, aunque a veces verás marca de agua o menos opciones avanzadas. Si la conexión es justa o el archivo es enorme, recuerda que subir y bajar el vídeo lleva tiempo y datos.

Recurre a apps de compresión cuando busques control fino sobre calidad, resolución y formato. Podrás previsualizar resultados, comparar tamaños y, en algunos casos, reemplazar el original para liberar espacio sin pasos extra.

Ajusta la cámara si grabas mucho y te compensa crear archivos ligeros desde el inicio. Ganas tiempo porque evitas recomprimir luego, pero asume que no podrás recuperar la calidad que nunca grabaste.

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Comparte con compresión automática cuando tu prioridad sea mandarlo rápido por WhatsApp, Telegram o redes, sabiendo que la app ya reducirá la copia enviada. En Telegram, además, puedes modular la compresión con sus controles integrados.

Evita comprimir si la calidad es clave. En esos casos, apuesta por transferencia directa sin recortes y con máxima seguridad. El destinatario verá el vídeo con la misma resolución y detalle que tú grabaste.

Pasos prácticos sacados de las mejores guías

Grabar más ligero en Android: abre la app Cámara, cambia a Vídeo, entra en Ajustes y reduce resolución y fps. En Samsung, toca el modo que aparece arriba (por ejemplo, «FHD60») y elige una opción inferior antes de grabar.

Compartir con compresión integrada: en WhatsApp verás el peso previo antes de enviar; en Telegram, abre la vista previa del vídeo, toca el engranaje y ajusta el deslizador para reducir resolución y tamaño. En Facebook, configura si subes en estándar o HD desde las opciones de la app.

Online con Clideo: entra en la web, pulsa «Elige un vídeo«, selecciona desde tu galería o nube, espera a que termine y descarga el archivo comprimido. Es fácil y rápido, ideal cuando no quieres instalar nada.

Con Panda Video Compressor: selecciona uno o más vídeos, elige un perfil de compresión (archivo pequeño, calidad media, para email o personalizado), y al terminar comprueba la comparativa de tamaño y calidad. Activa la opción de reemplazo para liberar espacio si lo necesitas.

Con Compresor de vídeo (app): abre la app, entra en la carpeta del clip, selecciónalo y pulsa «Comprimir vídeo». Si quieres recortar, usa «Comprimir+cortar vídeo» y elige Alta, Baja o Personalizado antes de iniciar el proceso.

Formatos, códecs y parámetros: qué toca más el tamaño

El tamaño final depende, sobre todo, de resolución, fps y códec. Bajar de 4K a 1080p reduce mucho el peso; pasar de 60 fps a 30 fps también ayuda. Según el dispositivo, puedes elegir el códec para buscar un equilibrio entre compresión y calidad, aunque los ajustes por defecto suelen ser los más estables para la mayoría.

Privacidad, seguridad y límites de las plataformas

Cuando subes a una herramienta online, recuerda que estás subiendo tu contenido a un servicio externo. Si manejas material sensible o profesional, valora opciones con cifrado de extremo a extremo y previsualización segura, y revisa la política de retención de archivos de la plataforma.

Las apps de mensajería y redes sociales aplican sus propias políticas de compresión, y a menudo imponen límites de tamaño. Si tu vídeo los supera, puede que tengas que reducir resolución o partir el archivo, o bien optar por enviar el fichero sin comprimir mediante un servicio de transferencia que no limite el tamaño.

Hay soluciones para todos los casos: desde compresión directa en el móvil hasta editores en la nube con exportación flexible, sin olvidar las vías para conservar la calidad al 100% cuando el proyecto lo requiere. Con las herramientas y ajustes adecuados, puedes ahorrar espacio y compartir más rápido sin renunciar a lo importante.

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