Procesadores Snapdragon para PC: guía completa y comparativa

Última actualización: diciembre 28, 2025
Autor: Pixelado
  • Los procesadores Snapdragon para PC abarcan varias familias (7c, 8c, 8cx, Microsoft SQ y X Series) con enfoque en bajo consumo, conectividad y NPU potente.
  • La gama Snapdragon X con núcleos Oryon ofrece rendimiento multinúcleo competitivo, gran autonomía y NPUs de hasta 80 TOPS, pero con GPU integrada limitada para juegos exigentes.
  • Windows 11 para ARM mejora mucho la compatibilidad: muchas apps ya son nativas y la emulación x86 funciona bien, aunque persisten problemas con ciertos drivers, software profesional y virtualización.
  • Frente a Intel y AMD, Snapdragon destaca para ofimática, IA y movilidad extrema, mientras x86 sigue siendo la mejor opción para gaming serio, virtualización intensiva y ecosistemas profesionales complejos.

Procesadores Snapdragon para PC

El salto de los procesadores Snapdragon para PC está removiendo por completo el mercado de los portátiles con Windows. Hasta hace nada, hablar de un portátil significaba pensar casi siempre en Intel o AMD y en arquitectura x86, pero la irrupción de ARM y la apuesta fuerte de Qualcomm han cambiado el guion.

Ahora encontramos equipos muy finos y ligeros con chips Snapdragon X, 8cx, 7c o incluso Microsoft SQ, capaces de competir en rendimiento con muchas CPU tradicionales, ofrecer autonomías de locura y, además, incorporar NPU dedicadas para inteligencia artificial. Eso sí, esta nueva generación llega con sus matices: compatibilidad de software, rendimiento gráfico integrado y un ecosistema que todavía está madurando.

Qué son los procesadores Snapdragon para PC y por qué importan

La base de todo está en que los Snapdragon para PC se apoyan en la arquitectura ARM y en un diseño RISC, muy diferente al enfoque CISC de los procesadores x86 de Intel y AMD. ARM prioriza la eficiencia energética por encima de todo, algo que en móviles ya conocíamos muy bien, y que ahora se traslada a portátiles y mini PC.

Frente al modelo clásico de «más potencia a costa de más consumo», Qualcomm plantea SoC muy integrados con CPU, GPU, NPU, ISP y módem en el mismo chip, pensando en portátiles siempre conectados, con encendido instantáneo, soporte 5G y Wi‑Fi 7, y autonomía que aguante jornadas largas sin enchufe.

Con Windows 11 para ARM y la apuesta de Microsoft por los Copilot+ PC con NPU potente, estos Snapdragon ya no son un experimento de nicho. Ahora son la base de equipos como los nuevos portátiles con Snapdragon X Series, e incluso de mini PC como los modelos que empiezan a anunciarse con Snapdragon X Elite.

En este contexto, tiene sentido preguntarse hasta dónde llegan: qué modelos existen, cómo se comparan entre ellos, qué tal rinden frente a Intel y AMD, y qué limitaciones reales vas a notar en el día a día si te pasas a ARM en tu próximo PC.

Gamas de procesadores Snapdragon para PC: Mobile Compute al detalle

Procesadores Qualcomm Snapdragon para ordenadores

Qualcomm agrupa sus chips para ordenadores bajo el paraguas Snapdragon Mobile Compute. Dentro de esta familia hay varias subseries que han ido evolucionando desde los primeros intentos hasta la actual gama X con núcleos Oryon y NPUs muy potentes.

Primeros Snapdragon para portátiles: 835 y 850

Los primeros ensayos serios de Qualcomm en PC fueron los Snapdragon 835 y Snapdragon 850, básicamente adaptaciones de chips de móvil para portátiles muy ligeros con Windows.

  • Snapdragon 835 (MSM8998): fabricado en 10 nm por Samsung, integra una CPU de 8 núcleos Kryo 280 hasta 2,45 GHz, GPU Adreno 540, DSP Hexagon 682 e ISP Spectra 180, con soporte de memoria LPDDR4X‑1866. Era un chip muy eficiente, pero pensado más para experimentar con portátiles siempre conectados que para competir con un portátil tradicional de gama media.
  • Snapdragon 850: también en 10 nm, da un pequeño salto al subir los 8 núcleos Kryo 385 hasta 2,96 GHz, usando GPU Adreno 630, Hexagon 685 e ISP Spectra 280, manteniendo soporte LPDDR4X‑1866. Ofrecía algo más de chispa, pero seguía lejos de un portátil x86 típico en potencia bruta.

Snapdragon 7c y 7c+ para gama de entrada

Para portátiles asequibles, Chromebooks y equipos muy básicos, Qualcomm lanzó la familia Snapdragon 7c, centrada en bajo consumo y conectividad.

  • Snapdragon 7c (SC7180): construido en 8 nm, con CPU de 8 núcleos Kryo 468 a 2,4 GHz, GPU Adreno 619, DSP Hexagon 692, ISP Spectra 350 y memoria LPDDR4X‑2133. Pensado para tareas ofimáticas, navegación web y multimedia ligera.
  • Snapdragon 7c Gen 2 (SC7180A): pequeña actualización también en 8 nm, mantiene 8 núcleos Kryo 468 pero sube un poco la frecuencia a 2,55 GHz, y conserva la misma Adreno 619, Hexagon 692 y Spectra 350 con LPDDR4X‑2133.
  • Snapdragon 7c+ Gen 3 (SC7285): da el salto a 6 nm, con CPU híbrida 4P+4E (frecuencias no divulgadas), GPU Adreno 643 mejorada, DSP Hexagon 696 e ISP Spectra 355, sin abandonar LPDDR4X‑2133. Es claramente más capaz en tareas multitarea y multimedia que los 7c anteriores.

Snapdragon 8c, el paso intermedio

Un escalón por encima aparece el Snapdragon 8c (SC8180X), fabricado en 7 nm con CPU de 8 núcleos Kryo 490 a 2,45 GHz, GPU Adreno 675, DSP Hexagon 695 e ISP Spectra 390, usando memoria LPDDR4X‑2133. Supone un equilibrio interesante entre consumo bajo y rendimiento más que digno para productividad seria.

Snapdragon 8cx: la primera oleada «PC de verdad»

La serie Snapdragon 8cx fue el primer intento claro de Qualcomm de crear chips centrados al 100 % en portátiles Windows, alejándose del simple reciclaje de SoC de móvil.

  • Snapdragon 8cx Gen 1 (SC8180XP): diseñado en 7 nm, con CPU de 8 núcleos Kryo 495 a 2,85 GHz, GPU Adreno 680, DSP Hexagon 686 e ISP Spectra 390, compatible con LPDDR4X‑2133. Ya apuntaba a sustituir a CPUs x86 de bajo voltaje en ultraligeros con muy buena autonomía.
  • Snapdragon 8cx Gen 2 (SC8180HP): refina la fórmula manteniendo los 8 Kryo 495, pero subiendo la frecuencia a 3,15 GHz y repitiendo Adreno 680, Hexagon 686 y Spectra 390 con la misma memoria. Mejora especialmente el rendimiento sostenido y la conectividad.
  • Snapdragon 8cx Gen 3 (SC8280): aquí ya hablamos de 5 nm y una CPU híbrida de 8 núcleos Kryo 670 (4 de rendimiento y 4 de eficiencia) a 3,0 GHz. Integra la GPU Adreno 690 bastante más rápida, DSP Hexagon 785 con NPU mejorada e ISP Spectra 570, y es el primero en admitir LPDDR4X y LPDDR5 hasta 6400 MT/s. Supuso el gran salto previo a la gama X.
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Microsoft SQ: versiones a medida para Surface

En paralelo, Microsoft y Qualcomm diseñaron variantes personalizadas para algunos Surface, conocidas como Microsoft SQ, que parten de la serie 8cx pero ajustadas al gusto de Redmond.

  • Microsoft SQ1: derivado del 8cx Gen 1, en 7 nm, con 8 núcleos Kryo 495 a 3,0 GHz, GPU Adreno personalizada de mayor TDP, DSP Hexagon 686 e ISP Spectra 390, con LPDDR4X‑2133. Se enfocaba en ofrecer un poco más de rendimiento gráfico en chasis finos.
  • Microsoft SQ2: basado en 8cx Gen 2, también 7 nm, 8 núcleos Kryo 495 a 3,15 GHz y la misma GPU Adreno personalizada, Hexagon 686 y Spectra 390, con LPDDR4X‑2133. Refinaba consumos y rendimiento sostenido.
  • Microsoft SQ3: montado sobre 8cx Gen 3 en 5 nm, conserva CPU híbrida Kryo 670 (4P+4E, frecuencia no especificada), GPU Adreno 690 y NPU integrada en el DSP Hexagon 785 junto al ISP Spectra 570, con memoria LPDDR4X/5 hasta 6400 MT/s. Es la base de los Surface ARM más recientes.

Snapdragon X Series y Oryon: la nueva generación para portátiles Windows

La llegada de los Snapdragon X Series con núcleos Oryon es lo que realmente ha colocado a Qualcomm en el centro del debate sobre el futuro del PC. Aquí ya no hablamos de experimentos, sino de chips que, sobre el papel y en muchas pruebas, compiten de tú a tú con Intel Core Ultra y con los últimos Ryzen en eficiencia y rendimiento multinúcleo.

Snapdragon X1 Series

Los primeros en llegar han sido los Snapdragon X1, fabricados en 4 nm y centrados en portátiles Copilot+ con Windows 11 ARM.

  • Snapdragon X1E‑84‑100 (Elite tope de gama): primer Oryon en 4 nm, con 12 núcleos de alto rendimiento hasta 3,8 GHz y boost de 4,2 GHz en dos núcleos. Integra GPU Adreno X1‑85 con unos 4,6 TFLOPS y una NPU Hexagon de 45 TOPS. Incluye hasta 64 GB de memoria LPDDR5X‑8448 y un ISP Spectra para cámaras de hasta 64 MP.
  • Snapdragon X1E‑80‑100 (Elite alto rendimiento): mantiene los 12 núcleos Oryon en 4 nm, pero bajando la frecuencia a 3,4 GHz y un boost de 4,0 GHz. Usa GPU Adreno X1‑80 con unos 3,8 TFLOPS, manteniendo los 45 TOPS de la NPU Hexagon y soporte LPDDR5X‑8448.
  • Snapdragon X1P‑82‑100 (Plus): versión más contenida con 10 núcleos Oryon a 3,4 GHz, GPU Adreno X1‑80 con 3,8 TFLOPS y los mismos 45 TOPS de la NPU, también con LPDDR5X‑8448. Pensado para equipos algo más económicos sin renunciar a Copilot+.

Snapdragon X2 Series y el salto a 3 nm

La siguiente iteración son los Snapdragon X2, que suben la apuesta fabricándose en 3 nm y ampliando el número de núcleos y la potencia de IA.

  • Snapdragon X2E‑96‑100 (Elite Extreme): será el buque insignia, con 18 núcleos Oryon de 3.ª generación a 4,0 GHz y boost hasta 4,7 GHz (e incluso 5,0 GHz en ciertas variantes). Lleva GPU Adreno X2‑90 de nueva generación y una NPU capaz de 80 TOPS. Soporta LPDDR5X‑8448, con posibilidad de llegar a 9523 MT/s en modelos Extreme.
  • Snapdragon X2E‑88‑100 (Elite alto rendimiento): también con 18 núcleos Oryon en 3 nm, pero con frecuencia base de 3,6 GHz y boost de 4,5 GHz, manteniendo la NPU de 80 TOPS y LPDDR5X‑8448.
  • Snapdragon X2P‑86‑100 (Plus): modelo más eficiente con 14 núcleos Oryon a 3,2 GHz y boost de 4,0 GHz, GPU Adreno X2‑85 y NPU de 80 TOPS, de nuevo con LPDDR5X‑8448.

Aunque Qualcomm suele incluir más variantes internas por binning (menos núcleos activos o frecuencias recortadas), estos modelos tope dejan claro el enfoque: muchos núcleos de alto rendimiento, NPU muy potente y gran ancho de banda de memoria para IA, multitarea y creación de contenido.

CPU, GPU y NPU: cómo rinden los Snapdragon frente a Intel y AMD

Más allá de las tablas de especificaciones, lo que interesa de verdad es cómo responden estos procesadores en el uso real comparados con los Intel Core Ultra y los Ryzen más modernos. La clave está en tres bloques: CPU, GPU integrada y NPU.

Rendimiento de CPU: multinúcleo a la altura

En CPU, las pruebas independientes con Snapdragon X Elite muestran que el chip es muy competitivo en mononúcleo y especialmente fuerte en multinúcleo. En benchmarks comparativos, el X Elite logra igualar o superar a muchos Intel Core Ultra en rendimiento total, con consumos sensiblemente inferiores.

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Qualcomm habla de hasta un 75 % más de rendimiento de CPU que «la competencia a igual potencia» en el caso del X2 Elite Extreme, y de mejoras de hasta un 31 % de rendimiento y un 43 % menos consumo respecto a la generación previa con el X2 Elite estándar. Aunque son cifras de marketing, las tendencias en pruebas de medios como PCMag o Xataka confirman que el salto es grande.

En la práctica, esto se traduce en que abrir varias apps, trabajar con documentos grandes, navegar con muchas pestañas o editar vídeo sencillo se siente fluido y sin caídas de rendimiento bruscas, incluso trabajando solo con batería y sin enchufe.

GPU Adreno integrada: buena para todo… salvo para jugar en serio

En el apartado gráfico, la situación es más matizada. Las GPUs Adreno integradas en los Snapdragon X están pensadas para manejar con soltura el entorno de Windows, aceleración de vídeo, algo de edición y ciertas funciones de IA, pero no para competir con una GPU dedicada ni con las iGPU más potentes de Intel o AMD en juegos.

En pruebas de uso real, la Adreno de los Snapdragon X Series se defiende bien con tareas generales, reproducción multimedia y programas como DaVinci Resolve o Premiere (este último, de momento, vía emulación cuando no hay versión ARM nativa). Cuando se trata de videojuegos, sin embargo, el rendimiento baja notablemente.

Un ejemplo muy claro es Minecraft: el juego se puede ejecutar y es jugable, pero solo tras reducir bastante la distancia de renderizado, limitar los FPS y bajar la calidad gráfica. Aquí es donde se ve la diferencia frente a iGPU como Intel Arc 140V o Radeon 890M, que ya hemos visto rendir francamente bien en consolas portátiles y portátiles gaming ligeros.

Para juegos esporádicos o títulos poco exigentes, la GPU cumple. Para gaming serio, sin embargo, la GPU de los Snapdragon X todavía se queda corta y es uno de los puntos más débiles frente a la competencia x86. La alternativa lógica es tirar de servicios de juego en la nube como Xbox Cloud Gaming, GeForce Now o Amazon Luna, donde el equipo solo se encarga del streaming.

NPU y rendimiento en inteligencia artificial

Donde los Snapdragon X brillan es en la NPU. Sus Hexagon de última generación alcanzan 45 TOPS en la serie X1 y 80 TOPS en la serie X2, lo que permite ejecutar modelos de IA complejos en local sin disparar el consumo.

Esto se aprovecha en funciones de Copilot+ PC, edición de vídeo con IA, generación de imágenes o mejora de audio y vídeo en tiempo real, dejando que la NPU se encargue del trabajo pesado mientras la CPU y la GPU se dedican a otras tareas. HP, por ejemplo, destaca que con Snapdragon X se acelera la edición en DaVinci Resolve y se reduce notablemente el tiempo de generación de imágenes con Stable Diffusion 1.5.

En general, las NPUs de Snapdragon se sitúan entre las más potentes que hay ahora mismo en portátiles, y están un paso por delante de muchas soluciones x86 en rendimiento de IA a igual consumo. Es una baza clave de cara a los próximos años, donde casi todo el software incorporará capas de inteligencia artificial.

Autonomía real y experiencia de uso en el día a día

Uno de los grandes reclamos de los Snapdragon para PC es la autonomía de varios días y el uso lejos de un enchufe sin preocuparte de la batería. Aquí es donde la arquitectura ARM se nota de verdad.

Pruebas internas de fabricantes como ASUS hablan de hasta 32 horas de batería en algunos portátiles con Snapdragon X, superando incluso a equipos tan eficientes como el MacBook Air M3. En uso real, según experiencias de medios como Geeknetic, es habitual moverse en el rango de 12 a 18 horas de uso mixto, lo cual ya es muy superior a lo que ofrece buena parte del catálogo x86.

En el día a día, esa autonomía extendida se traduce en que puedes trabajar una jornada entera, viajar, asistir a eventos o ferias como COMPUTEX y seguir teniendo batería al final del día. Incluso es relativamente fácil olvidarse el cargador en casa sin que sea un drama.

Otro punto interesante es que estos chips ofrecen todo su rendimiento incluso tirando solo de batería, sin necesidad de enchufar el portátil para activar modos de máxima potencia. Algunos equipos permiten habilitar modos tipo «Velocidad Total» únicamente con batería sin notar estrangulamientos térmicos excesivos.

Compatibilidad de software, emulación y limitaciones actuales

El gran «pero» de cualquier portátil ARM con Snapdragon es, a día de hoy, la compatibilidad de aplicaciones y drivers. Aunque la situación ha mejorado muchísimo con Windows 11 para ARM, sigue habiendo matices importantes.

Por un lado, cada vez más software tiene versión nativa ARM. Microsoft Office, buena parte de las principales aplicaciones de productividad, navegadores como Edge o versiones específicas de Chrome, y herramientas creativas como Photoshop o Paint.NET ya funcionan de forma nativa en ARM y vuelan en estos procesadores.

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Por otro, Windows 11 incluye un emulador capaz de ejecutar la mayoría de apps x86 clásicas con un rendimiento muy decente. En experiencias reales, programas como Adobe Premiere, pese a avisar que no tienen todavía versión nativa ARM, se ejecutan vía emulación de forma sorprendentemente fluida para proyectos pequeños o medios, incluso exportando vídeo mientras se usan otras apps.

Aun así, hay elementos donde todavía hay fricción: drivers específicos para ciertos periféricos, software muy antiguo, algunas herramientas profesionales y muchas cargas de trabajo de virtualización continúan pensadas para x86 y pueden fallar, no instalarse o ir peor bajo emulación.

Un ejemplo concreto es el lector de DNI electrónico, que a día de hoy no suele funcionar en estos portátiles, obligando a recurrir a opciones como certificados digitales o Cl@ve. La mayoría de impresoras de red o USB, ratones, unidades externas y lectores de tarjetas sí funcionan igual que en un PC x86, pero siempre conviene verificar antes si dependes de hardware muy específico.

Experiencia práctica con portátiles Snapdragon X

Más allá de las especificaciones, lo interesante es cómo se comportan estos equipos en el día a día de un usuario corriente que escribe, edita alguna imagen, consume multimedia y, ocasionalmente, hace algo más exigente.

En pruebas con portátiles como el ASUS ZenBook A14 y el ASUS VivoBook S 15 equipados con Snapdragon X y X Plus, la sensación general es de «portátil normal», sin que el usuario note constantemente que está usando una arquitectura distinta.

En uno de los casos, se utilizó un editor de textos poco habitual, Calmly Writer, que no tiene versión para Windows ARM pero sí para macOS y Linux en ARM. Instalando la versión x86 en Windows ARM, el programa funcionó sin problemas a través del emulador. Al mismo tiempo, herramientas como Paint.NET, con versión ARM nativa, rindieron de maravilla en edición de fotos ligera.

En el otro caso, el flujo de trabajo principal pasó por Word en ARM nativo, Photoshop y pruebas con Adobe Premiere. Word y Photoshop funcionaron exactamente igual que en un portátil x86 moderno, mientras que Premiere, aunque avisaba de que se ejecutaba en modo emulado, demostró ser perfectamente usable en proyectos cortos.

En ambos equipos, la autonomía fue uno de los puntos estrella: tras más de una hora de uso el porcentaje de batería apenas se movía, y los sistemas calculaban sin problema más de 12-13 horas de trabajo continuo. Eso da mucha tranquilidad cuando llevas el portátil a eventos o viajes.

No todo ha sido perfecto: también se han observado algún pantallazo azul, caídas puntuales de rendimiento e incluso bloqueos temporales que obligan a forzar el apagado. En un caso, hubo problemas esporádicos con la conexión a una red Wi‑Fi Mesh 6 concreta. Es el típico pulido que cabe esperar de una plataforma relativamente nueva, y que probablemente mejorará con futuras actualizaciones de firmware y del propio Windows.

Snapdragon vs Intel (y AMD): ¿quién gana según el uso?

Con todo lo anterior, la comparación entre Snapdragon e Intel (y, por extensión, AMD) ya no es tan simple como «uno es potente y el otro es eficiente». Hay escenarios donde cada uno brilla.

Para un usuario que prioriza autonomía, ligereza, conectividad constante y funciones de IA, un portátil con Snapdragon X Elite o X Plus es una opción muy atractiva. Tareas como ofimática, multimedia, navegación, reuniones online, algo de edición de vídeo ligera y generación de imágenes con IA van sobradas con estos chips, y el beneficio en batería es notable.

Para quien depende de software muy específico, virtualización intensiva, emuladores de sistemas o juegos AAA, un equipo con Intel Core Ultra o un Ryzen moderno sigue siendo, a día de hoy, una apuesta más segura. El ecosistema x86 está más maduro, casi todo el software está optimizado para esa arquitectura y el soporte de eGPU o gráficas dedicadas facilita mucho las cosas a los jugadores.

Una forma de verlo es que Snapdragon representa hacia dónde apunta el futuro del PC: equipos delgados, siempre conectados, con NPU fuerte y diseñados para experiencias de IA en local. Intel y AMD, por su parte, son la plataforma probada que garantiza compatibilidad máxima y un rendimiento gráfico más robusto cuando entra en juego el gaming.

En cualquier caso, la noticia positiva es que la competencia se ha intensificado. El primer mini PC con Snapdragon X Elite, los nuevos Copilot+ PC y la expansión de Windows ARM están obligando a todos los actores a ponerse las pilas, tanto en rendimiento como en eficiencia y precio.

El resultado de esta batalla de arquitecturas es un catálogo de portátiles y mini PC mucho más variado: desde equipos x86 con GPUs integradas sorprendentemente potentes hasta portátiles Snapdragon capaces de aguantar días sin enchufe mientras ejecutan IA en segundo plano. Elegir uno u otro ya no va tanto de «cuál es mejor», sino de qué tipo de trabajo haces, qué valoras más (batería, compatibilidad, juegos, IA) y cuánto quieres arriesgar apostando por una plataforma joven pero con un futuro clarísimo.

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